Niega el día
su luz a los
amantes,
presos en la
lujuria de la noche.
Entre besos
de pasión
desenfrenada
cubren sus
cuerpos
con la nada
tangible del deseo.
Caricias de
fuego
surcan mares
de piel
incandescente.
Y el aire,
que les
envuelve
huele a
deseo…
Niega el día
su luz a los
amantes,
mientras
mira
escondida
entre sombras,
la luna envidiosa.