Siente la muerte su soledad impuesta,
y vaga por el mundo sin amante
envidiando las caricias que se prestan,
los mortales.
Mira celosa, como los labios se acercan
y se posan en los del ser amado,
como las manos se buscan
y se agarran y se aprietan.
Y como los cuerpos se retuercen
entre jadeos, gemidos, susurros y suspiros.
Vuelve sus cuencas vacías,
rebosantes de imágenes de amantes
hacia la nada fría, su única compañía.
Rosa M.
La muerte no puede tener compañía, ella misma acaba con cualquier posibilidad. Es su razón de ser, lo siento por ella.
ResponderEliminarPreciosos versos Rosa.
La muerte, en su barca, viaja sola... Pero, los muertos,
ResponderEliminar"qué solos se quedan los muertos", decía el poeta.
Unos versos tristes, hoy, Rosa...
Todo lo que tú quieras, pero al final es la única amante que nos recoge a su lado. A todos, sin excepción. La más universal.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola me ha llamado la atención el nombre de tu blog, y me he animado a leerte.
ResponderEliminarTus poemas me parecen sencillos y por ello me gustan.
Saludos.
Es que la muerte tiene una misión poco valorada... Es la que nos da la bienvenida a un lugar diferente y desconocido, y la tememos proporcionalmente con la inquietud de no saber a donde nos lleva...
ResponderEliminarUn beso grande GRANDE Rosa :)