La eternidad se nos acaba, y yo,
sigo esperando.
Siempre esperando
en esta pausa dormida.
La eternidad se nos termina, y tú,
inmutable, sigues sin mover la boca,
Sigo esperando, no se
por cuanto tiempo, quizá,
hasta mañana, tal vez,
sólo un segundo más, o puede,
que toda la vida.
La eternidad no es eterna
tiene fecha de caducidad.
Rosa M.
Mientras no llegue el desaliento, se espera...
ResponderEliminarMe entristece porque la mente asocia, pero los dos primeros versos me parecen brutales.
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