AMIGOS

domingo, 12 de octubre de 2014

FAUNA PLANETARIA




Guarda la puerta un gorila

de esos de barriga en pecho.

Al franquearla, tras el mostrador

una dama trasnochada

te recoge si quieres, el abrigo

y si usas, el sombrero.



Otra puerta de doble hoja

separa la vida del sucedaneo

de cuerpos que danzan sudorosos,

lascivos, hambrientos.



Una pareja baila acompasada

tras años de hacerlo juntos,

y sin embargo otras ni con siglos

cogen el ritmo y bailan, sí, bailan,

discordantes y sordos.



Un abuelo octogenario se niega,

valiente, a su juventud perdida.

La mulata tremenda

se arrima a su amante de turno.

Inmigrantes en busca de amores con hambre,

y de papeles, que en este juego todo vale,

como comerse el marisco pasado.

Un tipo en la barra se acoda, contemplando el percal.

Otro que se arrima a cualquier falda

con el unico anhelo, si se tercia,

de un leve roce que llevarse a sus sueños.

-no da para más-



El barman que de vez en cuando

se tira el moco

y regala con gesto grandilocuente

unas uñas de ron a sus clientes escogidos.



En el centro de la pista, bajo el foco

evoluciona, siempre con los mismos pasos,

una mujer

- a esta la traspasaron con el local-



Y luego estoy yo,

observadora,

bailarina de frustraciones y que,

de vez en cuando,

entre copa y copa,

se pregunta

qué coños hace aquí.



Rosa M.