El café se enfría en la taza
mientras las moscas
se pasean por la cara
e intentan
introducirse en la boca abierta.
La mente viaja al blanco impoluto
y se queda allí.
Algún día no regresará
a esta realidad de grisuras frías.
Y mientras, en la calle,
los charcos de lluvias pasadas
se hielan.
Rosa M.